miércoles, 7 de noviembre de 2012

I'm goin' home

I'M GOIN' HOME
Sean todos bienvenidos a la última, y por tanto la más nueva, tontería de Toño. Es una tontería repetitiva, como las lentejas, ya que no es el primer intento ed llevar un blog al día, con nefasto resultado, sin importar la temática. Pues bien, frente a los intentos irrefutables de la derecha mediática (véase el ejemplo de http://pago.priego.esgay.com) por dividir mis blogs, presento este último como plataforma para subir a la nube todas mis gilipolleces, sin diferenciar temática o forma, relato o ensayo, histórico o político, tetas o culos. Siempre desde una perspectiva de liberación nacional-androcéntrica franco-leninista, aunque cosas más raras verás por ahí.

¿Por qué tiestos y textos? Porque en la segunda clase de Historia Antigua, que tuvimos hace ya unos añicos, el famoso don Urruela nos dijo que conocíamos la realidad histórica a través de las fuentes arqueológicas y literarias, o para que os acordéis mejor, tiestos y textos. Al final, todo vuelve a su origen, de la misma forma que los griegos volvían a Homero (Simpson).

Para empezar, como estreno, subo a la portada como primera de las entregas (que intentaré) semanales las foticos de una exposición sobre la Historia de Chipre en la que participo, humildemente, bajo la dirección de FJ Moreno Arrastio. Cuelgo también uno de los textos con los que participo, aprovechando este día pasado por agua en Madrid: los Pueblos del Mar.

LOS PUEBLOS DEL MAR

Saqueadores. Piratas. Mercenarios. Fugitivos. Refugiados. Esclavos. Revolucionarios. Héroes. Si a día de hoy es difícil diferenciarlos, el misterio se complica si apenas tenemos unas breves referencias en egipcio para indagar su identidad. Los Pueblos del Mar son uno de los enigmas más importantes de la Antigüedad cuya presencia coincidió, si no causó, el final de una etapa que, habiendo sido rica para los Palacios, sin duda conllevó cadenas para sus pueblos.

Se ha propuesto que los Pueblos del Mar salieron desde los Balcanes como invasores, destruyendo las ruinas del imperio hitita y saquearon la costa palestina. Finalmente, en Egipto serían detenidos, tras varios asaltos, por Ramses III hacia 1176 a.C. . No fue la última vez que aparecieron en la historia del país faraónico, formando parte de otras rebeliones o incluso como aliados. Las escasas fuentes diferencian distintos grupos étnicos, tales como los Lukka, los Sherden, los Tjeker, los Peleset, los Ekwesh. Estos últimos, a menudo identificados con los Aqueos-Griegos, podrían haberse asentado después en Chipre.

No era la primera vez que los Pueblos del Mar llegaban a Chipre. Si ésta corresponde con la Alashiya egipcia, fue saqueada junto al resto del Mediterráneo antes de la llegada a Egipto. Los Pueblos del Mar se asentarían definitivamente hacia el fin del siglo XII a.C., tal como se aprecia por la aparición de un nuevo urbanismo, basado en un patio central que conecta con habitaciones adyacentes. Éste ha sido conectado directamente con la bien conocida arquitectura griega.

Sin embargo, toda la interpretación anterior choca frontalmente con el análisis más profundo que tenemos de otros movimientos migratorios, y de crisis en general. Este modelo se acerca a una perspectiva romántica de la Historia, en la que los imperios son suplantados por correrías de guerreros bárbaros que, sin embargo, castigan al anterior imperio corrupto por sus pecados y restauran un nuevo orden. Al igual que las invasiones bárbaras en Roma habrían consolidado, según
esta perspectiva, el reino de Dios en la Tierra, la sociedad chipriota post-decadencia habría instaurado un conjunto de primigenios Estados con incipientes clases medias. Es más probable que se dieran procesos más complejos. La acumulación de malas cosechas, a falta de cereal, el hambre, pudo llevar a continuos conflictos sociales que si coincidían con la presencia de bandas guerreras podían terminar por agotar el sistema caduco. La entrada de estos grupos mixtos en nuevas tierras no tuvo porqué ser a sangre y fuego, y es bastante posible que la población oprimida o la élite de segunda clase se agrupase en torno a éstos como si de liberadores se tratara.

Conocemos a los Pueblos del Mar por una serie de inscripciones a petición de la clase dirigente egipcia, haciendo referencia a una serie de hechos concretos. La identidad del enemigo como “Pueblos del Mar” es obra de aquella élite, y lo más probable es que no existiera esta unión. Lo que se ha considerado como una confederación de invasores quizá se acerca más a una acumulación de jefecillos. Según éstos fueran acumulando más poder, tomarían prestados los métodos de coacción de las sociedades más complejas, finalmente adoptándolos y tomándolos como propias.

En este contexto, se dificulta averiguar no sólo el origen social, sino el mismo origen étnico de los diferentes grupos: quiénes y cómo eran los que llegaron a Chipre, isla fundamental en el comercio del Mediterráneo oriental. Su asociación posterior con el mundo heleno, dentro del ciclo troyano, el nacimiento de la Diosa Afrodita y su relación con el culto de Idalion, demuestran que la cultura hegemónica adoptó la cosmovisión griega, pero no demuestra, aunque fuera probable, que étnicamente tuvieran relación alguna con los antiguos pueblos micénicos. No sabemos a que etnia o clase pertenecían los Pueblos del Mar; sí sabemos, en cambio, que tras su paso por la Historia (que no a causa de ello) surgieron nuevos modelos de organización social.




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