domingo, 26 de octubre de 2014

Aquí en Madrid

Adelante, valiente

Hoy he visto mi último amanecer en esta vieja Europa durante mucho tiempo. Concretamente (no podía ser de otro modo) en Madrid; hace ya décadas que la ciudad triste es el último bastión de todo. Sus barrios, sus grandes avenidas, sus plazas con olor a meados y la M-30. Sabiendo esto, parecería estúpido decir que no conozco mejor ciudad; y sin embargo, no la conozco. Aquí en Madrid hace tiempo que no rugen las balas: cuando no rugen, el madrileño se encoge como un animal cauto, temiendo tiempos horribles. Y, en cambio, cuando los trenes vuelan por los aires, los madrileños corren como furias, arriesgándolo todo, con tal de salvar a unos pocos. En tiempos de paz, Madrid sigue siendo igual de heroica. Peleando contra la intolerancia, peleando contra el fascismo.

En Madrid no amenazan los grandes mosquitos ni se escucha el silbido del desierto de Arena, pero pesan los normalistas desaparecidos, también las balas sobre nuestras hermanas en Kobane. Madrid mantiene su lucha en silencio; a veces cegada, es incapaz de ver hacia donde se dirige y, terca, no caerá en su error hasta que sea demasiado tarde.

La próxima vez que vuelva a escribir, lo que no significa que lo haga, Madrid ya no será la misma. Será otra pieza más en este gigantesco mundo globalizado, como siempre ha sido, pero quizás algo más pequeña. Cuando yo pueda ver cara a cara, frente a frente, a los ojos, a aquellos bravos que resistieron el genocidio, la esclavitud y el martirio traído pos los europeos a su tiera, más aún, conviviendo y siendo gobernados por los descendientes directos de esos mismos asesinos y esclavistas, Madrid no podrá ser la misma. No porque pierda dignidad, fuerza u orgullo, sino porque podrá ofrecer su manita al gigantesco hermano mayor y, desgraciadamente, tan inestable. Abrir el mundo siempre fortalece los lazos.

Parece como si Madrid y Colima se tuvieran en frente. Madrid mira a Colima escondida detrás de Portugal, asustada como un pajarillo. Colima echa una mirada hacia Europa de reojo, como si no le interesase del todo pero tampoco quisiera olvidarse de que existe. La Montaña, mientras tanto, mira hacia el Norte, intentando evadirse de todo lo que pesa Madrid ¿No lo he dicho? Madrid es tan fuerte y terca que, cuando toma una decisión, a veces obliga a los demás a tomarla. Incluso aunque no quisiera.

Madrid no tiene volcanes, y su baile regional nunca debió haber existido. Es un infierno intentar ir con la bici y el aire es veneno. Madrid vota a Aguirre (la Cólera de Dios) y a Gallardón, y se queja cuando se los cambian por Ignacio González (el tonto ese con cara de niño pera) y la Botella. Es el mismo Madrid que echa a Pepe Botella y luego aplaude la llegada de Fernando VII. Madrid odia a los catalanes por querer ser catalanes, pero también a los españoles por haberle puesto una corona que, ni quiso ni le correspondía. Madrid recibe la indignación a pelotazos mientras tres metros a la izquierda la gente se hincha de alcohol en las terrazas.


Y sin embargo, cariño, no te imaginas como te voy a echar de menos.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Triunfa la Miseria de lo Humano -por el momento-


Hoy he sido consciente de una noticia, de estas de la vida cotidiana. Una de estas que no afectan a nadie más que a uno mismo. Un amigo vuelve a casa, a esta tierra; aunque tierra sea ésta, o ninguna, o la quieran reconocer (o no) como país; o acaso no sea más que polvoque decía el poeta. Un amigo vuelve a casa desde el infierno (¿El infierno?); al menos, un país con unas condiciones sociales mucho peores que las nuestras. Pero se ve perjudicado, tiembla al verse temblar, al ver que su país se quiera siquiera acercar a eso. Seguramente no reconozca que es su tierra (yo tampoco lo haría) y sin embargo, eso revelan sus palabras, que las hago mías.

Él viene dispuesto a luchar, como Quijote desenfrenado, ignorando la derrota: la derrota no previsible, sino presente. Le comprendo. No hace mucho estuve como él, en esa situación. Con ese fuego bárbaro, un fuego que rápidamente me frustró y acabó conmigo. Un fuego que me hizo recordar la miseria de lo humano, entre ruidos, porrazos y pelotas. El 25-S, no ha llovido ni nada, fue una derrota más allá de lo campal.

Quiero gritarle (qué mierda, se lo digo por correo electrónico) que no se esfuerce, que no luche. Que todo esfuerzo es en vano. Que hemos nacido para ser vencidos. Vencidos. Casi da vergüenza, compararse con el otros vencidos. Con la Casa de la Moneda siendo asediada, ardiendo. Con el argentino abatido por el rifle del señor Barriendos. Con Sacco, Vanzetti, Puig Antich; con esos que dieron todo, y aún sequedaron con ganas de más.

A lo mejor me equivoco. Todavía podemos dar mucho más. Todavía somos pasto de las llamas, aún el fuego está por arder. Ya se sabe,
cuanto más vieja layesca, más fácil se prenderá. Sí, que venga. Que afile su espada, su coraza, su memoria. Que agudize su inteligencia. Vamos a cazar orcos, decía aquel.

Qué tontería la negatividad, ¿Verdad?

Acabo con un poema:

Dialéctica del espejismo y el retrato

I

Abandonando en la soledad el sexo de la lana,
camino de la libertad frugal de la esperanza,
camino de Avalon, la isla nublada,
la que esconde los miedos pero alberga sonrisas,
me detengo, satisfecho.

Albergando el precio del alma, la venta y el coste,
la necesidad de holocausto fingido,
sobornando la moral, la memoria,
regateando la linea de meta de la inconsciencia,
me paro, y como una manzana miedosa.

Me quedo seco ante las lápidas doradas,
pensando como sufren los que viven
y que ricos los que se han ido
¡Breve espejismo del depredador!
Pues a la marcha sólo le acompaña la muerte
pero a la vida le acompañamos todos.
Con sonrisas, lágrimas, pero todos aúllan.

Las fresas débiles caen y salpican sangre incontinente,
no dejan nada para que se rían los lobos negros de la incoherencia.
Mientras tanto, la rapaz esdrújula se estrella contra un muro de bronce,
el cínico licńatropo pierde la paciencia al verse atrapado,
el fuego ruge sigiloso ante sus propias cenizas,
Anibal siente asco ante el ruido del silenciador.

Mi memoria vomita patrañas,
patrañas monstruosas,
como el sueño de la razón,

¿Dónde estaré mañana, si no es entre tus brazos?


miércoles, 4 de diciembre de 2013

Como Un Rugido

Quizá me esté repitiendo, pero comienza un nuevo camino.

No avisa. Es como un rayo, no sé si alguien habrá visto la película. Te golpea, súbitamente, sin avisar. Te hace recordar, te da fuerzas y energías. Entiendes a los antiguos y sus alegorías emocionales, esas que llamaban Dioses. Como se agitan, como se remueven. Como te da la vida que te habían arrancado, sin que siquiera te hubieras dado cuenta. Como quitar vida no puede ser sustituido por el silencio, por más muerte, sino al contrario, ¡Por más y más vida!

Parece que esto carece de sentido, y quizá es así. Quizá no tiene sentido buscar sentido a las cosas. Pero hoy me he levantado, me he alzado sobre mi propio cuerpo; no como Momia, o como zombie. Hoy me levanto como Ave Fénix reencarnado, como Gandalf asustado. Paso a paso, sin precipitarse, sin tropezarse. Pero con decisión; la decisión de la elección.

La única forma de superar la muerte es ofrecer vida, movimiento; girando, sin parar, sin detenerse.

Atrás queda el hogar.



PD: Por cierto, ya queda menos para la segunda parte del Hobbit, aunque noticias como ésta te corten el rollo de forma brutal (pues imagínate a los bichos)



miércoles, 20 de noviembre de 2013

Otros 20N

Remando contracorriente

Fatídico 20 de Noviembre. De todas las muertes habidas y por haber, la mayor parte de la sociedad española sólo es capaz de recordar la de un teórico fascista, Jose Antonio Primo de Rivera, y la de un general fascista, Franco, aunque los fascistas de pro no le consideren tal. Dado que era el mayor enemigo del antifascismo, aquí y afuera, podríamos decir que era algo así como un fascista etic .

Pero bueno, muchas otras cosas pasaron otros 20 de Noviembre. En 2011, por ejemplo, 11 millones de gilipollas dieron el gobierno a Mariano Rajoy. Pero en 1936, el mismo día que moría Pepe Toño, decidió irse al Valhalla, donde viven los valientes, Buenaventura Durruti. Como ya hicieron otros en otros 20 de Noviembre, me gustaría poner un texto especialmente significativo, que llama a la solidaridad entre las distintas tendencias de la izquierda. Acá va:

Al proletariado de la Unión Soviética:

Compañeros, aprovecho esta oportunidad para enviaros fraternales saludos desde el frente de Aragón, donde miles de vuestros hermanos luchan, como vosotros veinte años atrás por la liberación de nuestra clase, oprimida y humillada durante siglos. Hace veinte años, los obreros de Rusia enarbolaron en Oriente la bandera roja, símbolo de la hermandad internacional de los trabajadores. Vosotros habéis puesto vuestras esperanzas en la clase obrera internacional, confiando en que ellos os ayudarían en la gran obra que habíais iniciado. Los trabajadores del mundo no os traicionaron, sino que os ayudaron todo lo que pudieron.

Hoy ha nacido en Occidente una nueva revolución y se vuelve a desplegar la misma bandera que representa nuestro ideal común y victorioso. La fraternidad une a nuestros pueblos largamente oprimidos, el uno por el zarismo y el otro por una despótica monarquía. Confiamos en vosotros, los obreros de la URSS, para la defensa de nuestra revolución. No podemos fiarnos de los políticos que se llaman antifascistas y demócratas. Sólo creemos en nuestros hermanos de clase.
Sólo los obreros pueden defender la revolución española, así como nosotros luchamos por la rusa hace veinte años. Creednos. Somos obreros como vosotros. En ningún caso renunciaremos a nuestros principios ni deshonraremos los símbolos del proletariado, las herramientas de nuestro trabajo, la hoz y el martillo.

Saludos de todos los que combaten en el frente de Aragón, arma en mano, contra el fascismo.

Vuestro compañero B. Durruti.

Osera, 22 de octubre de 1936.



En fin, qué poco cambian algunas cosas.



martes, 19 de noviembre de 2013

Las Otras Guerras Cántabras


Fuera estaba lloviendo. No era extraño. Su mano temblaba, pero no tenía nada que ver con el café que sujetaba. Poco a poco, se estaba acostumbrando a temblar. Añoraba, sin embargo, estar tranquilo; un poco, nada más. No era extraño que lloviese en Santander, tampoco era extraño que hiciera frío en Enero. Dio un sorbo y se quedó con la taza en la comisura de los labios. Tomó aire, oliendo los posos. Deseó un mundo mejor; no sólo para él, y para sus temblores. Deseó un mundo mejor para todos: para el trabajador oprimido, para la mujer sometida. Lo deseó, como siempre lo había hecho. Pretendía ser coherente con todo aquello. Un sonido le hizo dar un respingo. Se había caído un vaso. Volvió su mirada a un periódico cuando se dio cuenta que le miraban. Esperó unos segundos, y luego miró a través del cristal.

Justo en ese momento llegó un coche de la Policía Armada. No pasó de largo, como habría sido habitual, sino que se quedó ahí, esperando. Se mordió el labio. Les odiaba; les odiaba como difícilmente se puede odiar a alguien, si te estás esforzando en dar la libertad a todos los seres humanos. Pero su odio estaba justificado: demasiadas detenciones, demasiadas manifestaciones. Demasiado tiempo entre rejas. El conductor del coche apagó el motor y se quedó ahí, detenido.

El hombre que estaba tomando un café se quedó mirando unos instantes. Algo en su interior, algo primario, animal, le decía que debía alejarse de ahí lo más rápido posible. Que debía calarse el sombrero que tenía a su derecha, cerrarse la gabardina y comenzar una carrera, justificada por la lluvia intensa. Pero otra parte de él, aún más fuerte, aún más salvaje, le pedía que actuara de forma coherente a sus principios. Aquel coche se había detenido frente a la sede de la CNT, sindicato ilegal, sindicato en un extraño equilibrio, ante la falsa progresía de los nuevos tiempos y el afán de dominación de los militares fascistas. Hizo un gesto a un compañero, que estaba situado en una mesa, y ambos salieron de la cafetería.

Llovía aún más fuerte de lo que pensaba. Suspiró. Aún seguía temblando, pero su paso era firme. Así se lo había impuesto a sí mismo. Así debía de ser. Según se acercaban, salieron dos hombres del vehículo, uniformados. Terroríficos.

-¿Qué hacéis aquí?- les espetó.
-Hemos venido a protegeros- dijo el más mayor y de mayor rango-. ¿No sabéis lo que ha sucedido en Madrid?

La lluvia golpeaba con fuerza la chapa del coche. Durante unos instantes, los dos civiles se miraron entre sí.

-Han matado a unos abogados del PCE. Venimos a protegeros.

El hombre que tomaba el café no pudo evitar arquear una ceja, sarcástico. Pues resultaba, cuanto menos, sarcástico, que aquel hombre, aquel que se había dedicado a dar palizas, a extorsionar, a maltratar, a él y a sus compañeros, ahora dijera eso. Los tiempos cambiaban, pero el cadáver del general fascista todavía estaba caliente. Y lo que venía por delante, tampoco parecía mucho mejor. El policía iba a seguir siendo policía; y sus porrazos y sus balas dolerían igual, tanto en dictadura como en democracia.

-No podéis estar aquí- les espetó su compañero-. Ningún anarquista se acercará a cien metros de aquí si os ve merodeando por la zona. Tenéis que iros.

Al policía más joven le temblaba una mano. Parecía que en cualquier momento fuera a sacar la porra y acabar con aquel asunto.
-Hemos venido a protegeros- repitió el policía veterano, más dialogante. La carga de la brutalidad llevada a cabo durante tantos años parecía pesarle. Eso, o la artritis.

-Sabemos protegernos nosotros solos. Marchaos.

La voz del hombre que tomaba café era fuerte, rotunda. Serena. Y pese a todo, pese a su seguridad, pese a que sabían, él y su compañero, que tenían razón, tenían miedo. Miedo a su violencia, a su brutalidad. A no poder contarlo al día siguiente. A no saber, en fin, si el siguiente instante iba a ser el último. Mientras tanto seguía lloviendo, pero faltaría mucha más agua para limpiar la sangre vertida durante tantas generaciones.

Existen otras Guerras Cántabras, que aquellas publicitadas por el Emperador Augusto, y sus intentos de crear un enemigo donde no lo había . Unas guerras en las que, en fin, se batieron contra un enemigo mucho más real que cuantos puedan crear los emperadores y los augustos: se batieron contra la tiranía, el dominio, contra el militarismo y el fascismo. Son guerras que se dieron en Cantabria, pero también en Madrid, en Euskadi, en Euskal Herria, en Navarra y en Nafarroa, también en España: pero también en el Portugal salazarista, en la Grecia tiránica, de entonces y de ahora, en Bahía Cochinos. Una lucha internacionalista, una lucha que acabó en el País Vasco tan pronto desapareció el marxismo en la banda armada ETA. Las vueltas que da la vida.
Sirva esto como pequeño homenaje a los que lucharon, pero también a los que aún siguen luchando, no sólo aquí, sino donde luchar suele acabar en la muerte. No hace tanto de eso.  Sirva homenaje también para los que no dejarán de luchar en el futuro.

La librería La Vorágine de Santander también les brinda un homenaje, junto a Presos con Causa, mediante el programa Militancias, un conjunto de charlas sobre militantes antifranquistas en la Cantabria del final de la Dictadura (1956-1976). Hoy será la penúltima, la próxima será el próximo Martes a las 19:30. Pero, hoyjan, buena noticia: se van colgando los videos con lasintervenciones. Muy recomendable su visionado.

¡Que disfrutéis!



PD: El relato está adaptado de un hecho real que, precisamente, aparece en esas Militancias.

martes, 12 de noviembre de 2013

Aidrojoney



en estos tiempos de crisis, de agonía, de imbecilidad colectiva, no sólo ajena sino propia, en los que desde arriba te dicen no vales para absolutamente nada, mientras ves no sólo gilipolleces, sino gilipollas a diestro y siniestro, en estos tiempos aprovecho para rescatar algo del pasado. ¿Y qué es lo que rescato? ¡La hidromiel! La cerveza vikinga, que le llaman algunos. Bebida alcohólica fermentada a base de miel. Escasamente distribuida (al menos en España), a precios desorbitados. Ante este panorama en el mercado, un colega y yo nos propusimos ayer comenzar a elaborar nuestra propia hidromiel. A ver si así nos emborrachamos, nos damos una ostia contra un bordillo, y todo a la mierda. O, mejor, creamos una generación de drogodependientes con el que financiamos nuestro narcoestado. O hacemos algo mientras seguimos en paro, también. Mayormente ésta. Lo de emborracharse, sin bordillo, tampoco está mal.En fin, ¡Al lío!

No os voy aburrir con las instrucciones. Hay diversos sitios, como éste este otro, donde lo explican claramente. Nosotros hemos combinado un poco de ambos para obtener el resultado. Vamos a elaborar cuatro litros; en un mes, estaremos mamándonos como vikingos. Nunca mejor dicho. Os dejo las fotos:




Foto 1. Algunos de los materiales. Hay que dejarlo todo atado y bien atado



Foto 2: Cogiendo cuatro litros de agua utilizando garrafas de litro y medio y de cinco litros. ¿A nadie le suena?




Foto 3: Agua hirviendo, se aparta el agua, y se pone la miel.


 Foto 4: Tras añadir la levadura, comienza a fermentar. El azúcar se va convirtiendo en alcohol, y va liberando dióxido de carbono. El dióxido de carbono le sacamos con un tubito y, para comprobar que está saliendo, le hundimos en una botella con agua. Las burbujitas (si no se ven, haced click en la imagen) significa que todo va viento en popa. Eso, y que el pre-hidromiel está burbujeando suavemente.

Bueno, ya os contaré el resultado del experimento. Aidrojonei parece que va a ser nuestro nombre de mercado: por eso de la proyección internacional, y demás.




miércoles, 6 de noviembre de 2013

La Wertdad wertdadera que encierra la LOMCE



Si la CIA planea otro Gladio, si Monsanto llenar con sus productos los mercados locales, o BlackWater (que no Clearwater) llenar nuestras barrigas de plomo, la mejor cortina de humo sería el ministro Wert. Porque el ministro Wert no se calla (como su hermano), es un provocador nato. Sería una ingenuidad pensar que está allí por casualidad, que no está todo atado y bien atado. Polémico, cuanto menos. Decir que es un hijo de puta más no vale; Pepe Nacho debía encontrar su propio sitio en el Partido Popular.

La última del Ministro Wert comenzó el Lunes; retiró las becas Erasmus para todos aquellos alumnos que no hubieran recibido beca del MEC el año anterior. Esto lo catalogó como “reasignación de recursos”, porque ese dinero iba a ir a parar a las becas Erasmus de aquellos alumnos que viajan en un programa Erasmus con beca del MEC. Pero, ojo al dato: la mayor parte de los que viajan al extranjero con dicho programa no han recibido la beca del MEC. Hay quien dice (por pura ignorancia): si no les dan beca, es porque no la necesitan. Sin embargo, quienes afirman eso no son conscientes de los diferentes niveles de vida en Europa: vamos, que no sale igual de caro estudiar en España que en el Reino Unido, Dinamarca, Alemania... ¡Ni siquiera Italia! Y si no me creeis, comprobadlo vosotros mismos.

Pero si esto no fuera bastante, la medida tenía efecto retroactivo, esto es, que ya afectaba a los que estaban de Erasmus. Y se armó una buena pirula. Se quejaron los Erasmus, luego los de Nuevas Generaciones, y finalmente Europa. Rajoy le echó la bronca, Wert reculó y el estudiante que comenzó a protestar, presumió de haber derrotado a Wert, un puñetazo directo que le derribaba. Su victoria es nimia (las becas de este año se mantienen) pero no en vano; hace un año, las becas de FPU fueron cambiadas de forma retroactiva, y el muy cabrón no echó hacia atrás.

Pero quizá el motivo por el que se ha hecho más famosa es la archiconocida Ley Wert, la LOMCE, La Ley Orgánica de Mejora y Calidad Educativa. La Marea Verde se ha echado a la calle contra ella, todo tipo de voces la han rechazado pero, ¿Por qué? Ay amigo, a veces protestamos por protestar. Yo, contra el PP, de cabeza. Ahora, éste no es el caso. Existen razones muy importantes para echarse a las calles contra la ley. Y a las barricadas.

Ha trascendido a la prensa una de las disposiciones adicionales: si la Comunidad Autónoma no proporciona centros públicos en una localidad, o sus aledañas, donde el alumno/a no pueda ser educado en la lengua cooficial que sus padres exijan, el chaval podrá ir a una privada, y los costes de la misma serán pagados por la administración autonómica. Esto concuerda con el españolizar a los alumnos catalanes, y demás retórica ultranacionalista de Wert. Pero, mira, yo personalmente prefiero no moverme dentro del terreno del nacionalismo: la burguesía que se mate solita. Pero, a poder ser, que no tengan la cara de defender a los asesinos

Esa disposición no es la más grave ni mucho menos. Aquí van algunos de los cambios fundamentales entre la LOMCE y la LOE, su predecesora.

- Pérdida de autonomía de los centros escolares (Artículos 24, 25, 34, 124, 126, 132). A pesar de lo que se señala en el preámbulo, la ley contiene varios ataques contra la autonomía de los centros. Restricción y limitación de la oferta educativa desde el Estado, designación del director mayoritariamente por la administración ajena al centro, Consejo Escolar restringido a un ridículo poder consultivo, a la manera de los parlamentos del Antiguo Régimen. En fin, la CNT, como tantas otras veces, había acertado al ponerlo como uno de sus puntos principales en sus panfletos de la huelga en Santander.

- Uso y abuso de la Religión (Artículos 24, 25, Disposición II), de oferta obligatoria en Primaria y la E.S.O., y en Bachillerato aparece como optativa; además, será la Sede Episcopal (ese órgano tan demócrata, progresista, y tolerante con los derechos ajenos) la que marque los objetivos de la asignatura.

-Eliminación de cualquier asignatura referida al sentido crítico (Artículos 24 y 34). Historia de la Filosofía (2º de Bachillerato), Educación ético-cívica (4º de la E.S.O.) y Educación para la Ciudadanía (Primer ciclo de E.S.O.) desaparecen, como lágrimas en la lluvia. La de 2º de Bachiller aparece como optativa, pero sólo podrá darse si hay grupo para formarse. La Red Española de Filosofía ha desarrollado un video al respecto. Historia de España se mantiene en 2º de Bachillerato, e Historia del Mundo Contemporáneo queda como optativa en el Bachiller de 1º de Humanidades y Sociales, sólo si hay grupo para formarse.

-Relegación a lo absurdo de las asignaturas que ayudan a desarrollar capacidades artísticas y motrices (Artículo 24, 25 y 34), como Música, Artes Plásticas y Educación Física; ojo, que no es que me llevase precisamente demasiado bien con ellas, pero que las estrategias pedagógicas sean horribles no se va a solucionar marginándolas dentro del currículo educativo.

-Sumisión al manido informe PISA (Preámbulo, Artículos 140 y 143), ese que mide las competencias de comunicación, matemáticas y científicas, pero que no tiene en cuenta tantas otras variables. Sumisión a lo que ellos llaman calidad, marginando económicamente a aquellos centros que no se plieguen a sus necesidades, marginando a los alumnos que no se adopten al mercado laboral.

Creo que es éste punto el fundamental; todo esto se basa en lo que Foucault consideró un mecanismo de exclusión en el discurso: LA VERDAD. En el preámbulo se utiliza, varias veces, el término evidencia. Para esta gentuza, no ha sido muy difícil cambiar providencia, que decían en el siglo XVIII, por evidencia. En su mentalidad de gorilas cumple la misma funcionalidad. Así, el PISA evidencia que la educación española está fatal, y a tomar por el culo. Con el mantra de la calidad se permiten dilapidar la democracia educativa, el valor fundamental en el que se sustenta todo esto.

Poco más que decir. ¡Ah sí! Mientras escribía esto se me ha ocurrido una manera de vulnerar esta basura.

Paso 1) Creamos una escuela privada en Asturias donde sólo se hable asturiano. No se aplican las normas de dirección y organización que he descrito arriba, que sólo son para centros públicos (para más inri).

Paso 2) Esperamos a que, dentro de poco, el asturianu en Lengua Oficial.

Paso 3) Como en ningún centro estará totalmente implantado el asturianu, los chavales que quieran desarrollar todos sus estudios en asturianu se vendrán al nuestro.

Paso 4) Desarrollamos las estrategias pedagógicas que nos salgan de los cojones sin contar con los 11 millones de gilipollas que votaron a Rajoy, ni siquiera con los 8 (¿8?) que votaron a Rubalcaba (¡Cava, cava, cava!).


 Ale, menos es nada.