Escribí este cuentito hace un tiempo para www.escritoresderivas.es Me lo publicaron en la misma página junto a otros cuentitos cortos, cortos (como el autor, en este caso). Es, en fin, un poquito más de impotencia.
Rivales.
Sus miradas se cruzaron. Reconocieron
sus facciones y recordaron su vida juntos. Infancia, juegos, también
rivalidades. Caminos separados y, repentinamente, el encuentro.
Durante un instante, Juan no era antidisturbios ni Ricardo llevaba su
palestino. Sólo durante ese instante. Juan le golpeó gritando “No
me mires, coño”. Bajó su cabeza; el dolor de Juan no desapareció.
Juan había
esperado volver a encontrarse con él. Comparar sus vidas, triunfos.
Derrotas, continuas a partir de una decisión. Nada podía paliar su
dolor. El dolor de la mirada de Ricardo. Y no fue una mirada burlona
como Juan hubiera deseado. Fue una mirada triste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario