Jarama Valley
No es mío, pero me apetece colgarlo. Es la despedida de Ibarruri a los Brigadas Internacionales, que vinieron a España a luchar y morir por la democracia. Conozco a muchos españoles que son totalmente incapaces de siquiera luchar por ella. Atentos a la vigencia del fragmento en negrita, aunque de todo el texto en general.
Despedida
Es muy difícil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan.
Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas
atenazándolas... Angustia por los que se van, soldados del más alto
ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la
tiranía de todos los pueblos...
Dolor por los que se quedan aquí para siempre, fundiéndose con nuestra
tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón aureolados por el
sentimiento de nuestra eterna gratitud.
De todos los pueblos y todas las razas, vinisteis a nosotros como
hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más
duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República española se
hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio.
Y Jarama y Guadalajara, y Brunete y Belchite, y Levante y el Ebro cantan
con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la
disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales.
Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado
el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España.
Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto
color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando
todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a
ofrecerse a nosotros incondicionalmente.
Nos lo daban todo; su juventud o su madurez o su experiencia; su sangre y
su vida, sus esperanzas y sus anhelos... Y nada nos pedían. Es decir,
sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por
nosotros.
¡Banderas de España!... ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires!...
¡Madres!... ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra
se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y
sangrientos se esfume en un presente de libertad, de paz y de bienestar;
cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre
sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos;
habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales.
Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras
erizadas de bayonetas, vigiladas por perros rabiosos deseosos de clavar
en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la
libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de
España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron
todo: cariños, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y
vinieron a nosotros a decirnos: «¡Aquí estamos»!, vuestra causa, la
causa de España es nuestra misma causa, es la causa de toda la humanidad
avanzada y progresiva».
Hoy se van; muchos, millares, se quedan teniendo como sudario la tierra
de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.
¡Camaradas de las Brigadas Internacionales!
Razones políticas, razones de Estado, la salud de esa misma causa por
la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites
os hacen volver a vuestras patrias a unos, a la forzada emigración a
otros. Podéis marcharos orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda,
sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la
democracia, frente al espíritu vil y acomodaticios de los que
interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de
caudales o hacia las acciones industriales que quieren salvar de todo
riesgo.
No os olvidaremos, y, cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado
con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!...
Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis
patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos,
todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y
mañana gritará con entusiasmo: ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!
Dolores Ibárruri, Pasionaria
1-XI-1938
FUENTE: http://er.users.netlink.co.uk/biblio/ibarruri/adios.htm
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