Quizá me esté
repitiendo, pero comienza un nuevo camino.
No avisa. Es como un rayo, no sé si alguien habrá visto la película. Te golpea,
súbitamente, sin avisar. Te hace recordar, te da fuerzas y energías.
Entiendes a los antiguos y sus alegorías emocionales, esas que
llamaban Dioses. Como se agitan, como se remueven. Como te da la
vida que te habían arrancado, sin que siquiera te hubieras dado
cuenta. Como quitar vida no puede ser sustituido por el silencio, por
más muerte, sino al contrario, ¡Por más y más vida!
Parece que esto
carece de sentido, y quizá es así. Quizá no tiene sentido buscar
sentido a las cosas. Pero hoy me he levantado, me he alzado sobre mi propio cuerpo; no como Momia, o como
zombie. Hoy me levanto como Ave Fénix reencarnado, como Gandalf
asustado. Paso a paso, sin precipitarse, sin tropezarse. Pero con
decisión; la decisión de la elección.
La única forma de
superar la muerte es ofrecer vida, movimiento; girando, sin parar,
sin detenerse.
Atrás queda el hogar.
PD: Por cierto, ya queda menos para la segunda parte del Hobbit, aunque noticias como ésta te corten el rollo de forma brutal (pues imagínate a los bichos)
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