Historia
de una ida y un regreso
Bueno, como novedad, he cerrado el Facebook por diferentes motivos, pero el más importante de ellos no es tanto su naturaleza, como la obsesión que había creado en mí. Así que nada, muerto el perro, adiós a la rabia. Puede parecer una solución radical, pero precisamente de eso se trata, En fin, esta entrada no es para completar lo malo e imperialista que es el Facebook, sino para hablar del castillo de mi pueblo.
O bueno, mejor dicho, de lo que queda de él. Ni siquiera es mi pueblo, es el pueblo de al lado.
Bueno, como novedad, he cerrado el Facebook por diferentes motivos, pero el más importante de ellos no es tanto su naturaleza, como la obsesión que había creado en mí. Así que nada, muerto el perro, adiós a la rabia. Puede parecer una solución radical, pero precisamente de eso se trata, En fin, esta entrada no es para completar lo malo e imperialista que es el Facebook, sino para hablar del castillo de mi pueblo.
O bueno, mejor dicho, de lo que queda de él. Ni siquiera es mi pueblo, es el pueblo de al lado.
El castillo de Collado está situado en
el alto homónimo, en cuya falda está el pueblo de Escobedo. Es una
construcción del siglo VIII que probablemente perduró hasta el
siglo XII, y se le relaciona con la reordenación del territorio en
los albores de la Monarquía astur. Los últimos trabajos
corresponden a los años 2000 y 2001, trabajos de excavación y
“puesta en valor”. Puesta en valor por decir algo, porque da
verdadero asquito como está todo. Quizá por su inaccesibilidad,
rodeado a día de hoy por gigantescos eucaliptos, quizá porque al
político de turno sólo le interesaba hacerse la fotito de turno y
punto.
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